martes, 9 de junio de 2015

EL SENTIDO FIGURADO DEL ARCA DE NOÉ.




El arca de Noé forma parte del conocimiento Bíblico que es presentado de manera enigmática, conformado por sucesos fantásticos, propios de un mundo imaginario, lo cual es característico de la expresión del sentido figurado, estructurado numéricamente para ser interpretado mediante el conocimiento de la Cábala. El sentido conocido, el literal, fue creado para establecer la dominancia religiosa, la de un Dios que se atribuye, de manera permanente, el total de acontecimientos. Los capítulos del Arca de Noé fueron hechos con  la maestría propia de un ser superior, relatados de tal manera que dan la impresión de estar relatando sucesos que  sin lugar a duda fueron verídicos, conducen con mucha facilidad  a ser partícipes de su mundo de fantasía, de un mundo donde todo es posible gracias al poder de Dios, el argumento al que la mente recurre para impedir, inconscientemente, se utilice la función de razonamiento para resolver los enigmas del conocimiento religioso. Se le da credibilidad a catástrofes mundiales de la magnitud de un diluvio universal, que pueda cubrir hasta las montañas más altas de la tierra, aunque las citadas no sean las más altas, ni haya habido jamás agua suficiente para hacerlo, y que pueda haber destruido a todo ser humano y toda vida en la tierra, a excepción de Noé y su familia, porque interviene la mentalidad religiosa para validar, mediante la sola fe, el que Dios obre de esta manera, para justificar este radical tipo de castigo, porque además supone que fue para bien, que pudo haber existido un renacimiento tipo paradisíaco del ser humano, ¡a partir de tres parejas!

CAPITULO 6  NÚMEROS TOTALES: 2925=18, LA PALABRA DE CREACIÓN.

Versículos 1-13. Relatan las condiciones de la época antediluviana, el período de tiempo durante el cual se efectuó la transición de la pérdida del equilibrio y la pureza, nivel 12, con el que fue creado el ser humano dual. Durante ese tiempo los llamados hijos de Dios, los seres provenientes del exterior, eran quienes por este origen tenían el nivel de desarrollo que habían perdido la mayoría de los seres humanos. Gracias a ellos, por la descendencia que tuvieron con las mujeres que tomaron, mujeres igualmente puras, existieron seres superiores. Al continuar perdiéndose la perfección de la Tierra, transmite su desequilibrio e impacta la naturaleza dual del ser humano, no puede sostener su nivel 12 e inicia a desarrollarse la maldad, motivando con ello que Jehová pretenda destruir toda vida en la Tierra. En realidad la deformación con la que ha evolucionado el ser humano, no es un problema ocasionado de raíz por él mismo, como se le ha hecho creer, jamás existió el pecado original. Ha sido consecuencia de la pérdida progresiva del equilibrio de la Tierra, lo cual provoca que las nuevas generaciones nazcan con un similar nivel de desequilibrio. Este desequilibrio, el planetario y el del ser humano, es un problema de la Creación. El actual es un problema de retardo en la intervención de las fuerzas que sostienen la perfección de la Creación, indispensables para que nuestro añoso planeta recupere su equilibrio y su perfección original. Los números de estos versículos son 1594=19=10, representan la pérdida de la pureza.

Versículos 14,15 y 16, las indicaciones técnicas para la construcción del, Arca, # 24=6. Sus números suman 447=87=15=6, números de, madera y gofer, 7+8=15=6, número del ser humano equilibrado, Jehová, # 42=6. Corresponden al desarrollo del equilibrio de la superficie de una forma circular, de la tierra, de nuestro sistema atómico y celular. Sus medidas, 300X50X30=45=9, número de brea, representa la palabra equilibrada. Ventana, #4, y puerta, # 4, 4+4=8, significa que el Arca fue creada con la capacidad para captar los sonidos del universo. El ser humano inicia su desarrollo equilibrando la superficie de sus formas circulares, de su cerebro, y al mismo tiempo estará equilibrando la superficie del sistema atómico y celular de su organismo. Entonces podrá su palabra, # 9, lograr que se difundan hacia su interior los sonidos del universo, # 8. Mediante esta función, la cual se efectúa de manera inconsciente en todo ser humano, cada uno de ellos desarrolla su propia esencia, aunque con diferencias, todas ellas proporcionales al medio ambiente planetario adverso. Es por este motivo, para superar esta condición planetaria, que se elige a Noé, por su número, # 35= 8, varón, justo, # 89=17=8; y a sus hijos, porque la suma de los números de sus nombres, # 98=17=8, ejemplifican los sonidos del universo, ejemplifican la posibilidad de activar al cerebro y corregir la esencia del ser humano que se ha deformado a través del tiempo.

Versículos 17-22, entran al Arca, Noé, su familia y los animales. Sus números suman 884=20, la existencia o vida eterna; proporcional a 88=16=7,+4=74=11, el conocimiento, número de la tierra. El conocimiento, puro o deformado, es el que se despierta de acuerdo a la potencia del choque de los sonidos 98, dependiendo a su vez de las condiciones planetarias, # 8, y las condiciones de la palabra, # 9, del ser humano. El conocimiento puro es el que sostiene la vida, nivel 12, porque es proporcional al árbol de la vida. El conocimiento deformado conduce a la muerte. Por este motivo, para Jehová la pérdida del nivel 12 equivale a estar muerto, aunque el ser humano esté vivo, de ahí su postura despectiva hacia el ser humano y la simbólica destrucción masiva de la vida en la tierra.

Jehová destruirá toda vida en la tierra mediante un diluvio. Tierra o diluvio, ambos números 11, y vida, # 16: =27=9, la palabra, la esencia ejecutora en la creación o destrucción de esencias. Significa que el ser humano puede morir por su propia palabra, cuando es desequilibrada, porque mediante ella introduce energía negativa y desequilibra sus formas circulares (Caín, # 9, mató a Abel, # 20) o puede vivir mediante la activación de su cerebro, ejemplificado numéricamente mediante las experiencias sufridas por el Arca y sus tripulantes, siendo este el verdadero objetivo de Jehová con el Arca de Noé. El entrar animales, dos de cada especie, macho, # 5, y hembra, # 3, 5+3=8, significan lo mismo que la entrada de Noé, # 35=8, y de sus hijos, # 98=17=8, los sonidos del universo. Es necesario, alimento que se come,=36=9, la palabra equilibrada. Comer alimento representa a la palabra equilibrada porque es  la que puede penetrar hasta el interior de las formas circulares para activarla, para sostener la vida. Los animales entran, para que, tengan vida contigo, =164=74=11. La vida puede sostenerse si se desarrolla el conocimiento puro, # 11, mediante la palabra, # 9.

CAPITULO NÚMERO 7, NÚMEROS TOTALES 3082=13=4, LOS SONIDOS DEL EQUILIBRIO.

En este capítulo entran al Arca, Noé, su familia y los animales, Jehová la cierra. Inicia el diluvio, dura 40 días y 40 noches, muere todo ser vivo en la tierra a excepción de los tripulantes del Arca. El Arca se eleva por encima de las montañas más altas.

El elegir Jehová a Noé y su familia, el dar preferencia en cantidad a los animales limpios y las aves, de acuerdo a los números de los primeros 3 versículos, 415=10, significa la entrada de la pureza. Versículos 7-16, suma de sus números: 1321=7, EL CAMBIO. Al iniciarse el diluvio entran al Arca el contingente mencionado previamente. Inicia cuando Noé tenía la edad de seiscientos años, más 1 mes y 17 días: 6+30+17=53=8, números de Noé, 35=8, para representar los choques de sonidos del universo, que iniciarán el desarrollo de cambios al interior del Arca, 8+8=16=7. En el versículo 11, Jehová relata, con una espectacularidad única e inigualable, el inicio del diluvio, proyectando en éste su sentir, su deseo por transmitirle a la humanidad la relevancia del significado de este suceso. Sus números suman 207=9, LA PALABRA EQUILIBRADA, números de cataratas + cielos: 88=16=7+65=11=2, 7+2=9; 88+65=153=63=9, número de hombre. Fueron rotas, 10+5=15=6. Las fuentes del grande abismo=24=6, números de Arca, y de 150 días = 6,  la duración de las aguas sobre la superficie de la tierra. Significan el desarrollo gradual del equilibrio de la superficie de una estructura funcional, con lo cual ya será posible la entrada de energías, por medio de la palabra. Para entender el significado del, grande abismo, es necesario entender que para un Creador no existen secretos en relación a la composición ínfima de la materia. Conoce a la perfección los secretos de la composición de la estructura de los sistemas atómicos, porque  Él mismo los creó, para que haya sido posible creara en perfección la vida y los sistemas planetarios, creando todo mediante un mismo principio y un mismo sistema funcional. Es así como tanto en un sistema planetario como en un sistema atómico existen, abismos, por debajo de su superficie gravitacional, y es en el dominio mental funcional integral de este conocimiento, el de lo más pequeño que existe, como se ha ejercido el poder para crear y para efectuar los grandes cambios en la tierra.

Los últimos versículos, del 17 al 24, de carácter destructivo, suman 1028=11, representan la pérdida del conocimiento puro en la tierra. Los versículos número 21, números 165=75=12; número 22, números 137=47=11; número 23, números 255=75=12, representan la pérdida del equilibrio 12, lo cual impide sostener la vida por no ser posible crear el conocimiento puro, # 11, ni sostener la pureza, # 10, lo cual significa para Jehová, en relación a su enorme desarrollo, la muerte de toda vida en la tierra, no significa que en realidad haya sucedido tal extermino total de vida.

Los números totales de este Capítulo: 3082=13=4, dos de los sonidos del equilibrio, son importantes, en parte, porque al ser revelados en los Libros antiguos, la Biblia y Los Vedas, para conocer la función de estos sonidos, al ser interpretados erróneamente, por desconocerse el significado de los sonidos de la Cábala, derivaron en una gran deformación del conocimiento religioso tradicional.

 El organismo humano es un sensor, fue dotado orgánicamente de conductos para sentir la naturaleza de todo lo que existe, incluyendo la de los sonidos. Toda persona puede captar al menos el efecto físico de la vibración de los sonidos que produce, para conocer de manera aproximada el significado de ellos. El número 13, la letra M, se pronuncia, al igual que el Arca, al ser cerrada por Jehová, con la boca cerrada, produciendo una vibración muy fuerte en todo su entorno, principalmente en la bóveda craneal y el cerebro. Es por este mecanismo  como los sonidos, cuando son equilibrados, al penetrar simbólicamente al Arca, logran equilibrar, paulatinamente, la estructura funcional del cerebro, y el cerebro a su vez a todo el organismo, hasta que pueda sostenerse por sí mismo.

CAPITULO 8. NÚMEROS TOTALES 2946: 29=11=2, 46=10; 2+10=12.

En este capítulo se relata lo que sucedió con la Tierra y con el Arca después de haber terminado el diluvio, para continuar representando, la pérdida del equilibrio en la tierra, y su desarrollo en el Arca, en base a sonidos. Inicia, de nuevo, con el desarrollo del equilibrio de su superficie en los primeros 3 versículos. Versículo 1, sus números, 204=6, corresponden a los números de Arca, y de las palabras viento-tierra, 4+2=6. Versículo 2, sus números 96=15=6, números de las palabras, lluvia+cielos + detenida, 4+2+9=15=6. Versículo 3, el retirarse las aguas al cabo de, 150 días=15=6.

Versículo # 4, números 99=18=9, LA PALABRA EQUILIBRADA. Reposó el Arca en el, mes séptimo, a los 17 días del mes. 30 días X 6 meses= 18=9, +17 días= 8; 9+8=17=8, el desarrollo de un objetivo, la creación de los sonidos del universo por medio de la palabra. El descansar el Arca en esa fecha sobre: montes, # 8, Ararat, # 8, representa el desarrollo del siguiente objetivo, 8+8=16=7, la creación de los primeros cambios.

Versículos 6 y 7, la prueba hecha utilizando un cuervo, para saber si la tierra se estaba secando. Sus números son: 88= 16=7, y 107=8: 7+8=15=6. Cuervo, # 66=12. Cuervo yendo y volviendo, 3+3+9=15=6. Secaron # 78=15=6. El utilizar a un cuervo, por su esencia negativa, significa problemas para que se equilibre la superficie de la tierra. Versículos 8-12, la intervención de la, paloma, # 60=6, exploradora, sus números suman 755= 17=8, la creación de los sonidos del universo. Los números del primer vuelo de la paloma, versículo 8, suman 127=37=10, la pureza, representada por la esencia de la paloma. Versículo 9, números 249=15=6, el no encontrar la paloma donde, sentar planta pie, números 8+3+4=15=6, tiene el mismo significado que la prueba hecha por el cuervo. Versículos 10 y 11, el regreso de la paloma con buenas nuevas. Sus números, 70=7+217=10, 7+10=17=8, los sonidos del universo. El regresar la paloma con una, hoja+ olivo+ pico, 8+10+9=27=9, significa que fue hasta que se desarrolló el equilibrio de la palabra, # 9, que los choques con los sonidos del universo, # 8, empezaron a activar el interior del Arca. Versículo 12, números 92=11, el conocimiento, la esencia que se despierta, si se ha restablecido el equilibrio, al chocar  los sonidos del universo, # 8, o energía del medio ambiente exterior, con los sonidos de la palabra, # 9, la energía del medio ambiente interior o ser humano.

Versículo # 13. Números 255=75=12. Aguas y secaron, 6+6=12. Fue hasta el año 601 de Noé, el día primero del primer mes: 601=7, +1=8, cuando las aguas se secaron. Noé, # 8, y su edad, # 8, asociados con una tierra seca, significa que no fue posible se recuperara el equilibrio de la tierra, en consecuencia los sonidos del universo continúan careciendo de potencial activador, porque continúan desequilibrados. Versículo # 14, números 66=12. Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra: 30 días +27 días= 57=12. Desde su creación, la tierra ha sostenido su equilibrio, entre otros factores, en base al porcentaje y a la distribución del agua que cubre su superficie, transmitiendo al ser humano el nivel de equilibrio con el que curse.  El manifestar que las aguas se secaron es una manera de señalar que no fue posible se recuperase el equilibrio planetario, lo cual trasciende al interior del Arca, a sus tripulantes.

Versículos 15-16-17. Después de haber terminado la odisea del Arca y ser posible determinar el cumplimiento de objetivos, Jehová habla con Noé, sus números suman 324=9, la palabra equilibrada. Versículos 18-19, enseguida, al salir Noé y su familia del Arca, números 205=7, representan el cambio que desarrollaron en su interior. Finalmente, versículos 20-21-22, el ofrecer Noé holocausto a Jehová, el agradarle y prometer no destruir de nuevo al ser humano, sus números suman 496= 19=10, la pureza. En estos últimos 3 grupos de versículos, con la salida de los tripulantes del Arca, se abre la expectativa por conocer la manera en que habrían cambiado. La suma de sus números, # 9, y 7+10=17=8, la creación de los sonidos del universo por medio de la palabra, significan el cumplimiento del objetivo respecto a una enseñanza para activar al cerebro, pero que no trascendió hacia la recuperación del nivel con el que el ser humano fue creado, # 12, porque persiste el desequilibrio de 9 y de 8, de la palabra y de nuestro universo que es la tierra.

CAPÍTULO 9. SUMA DE SUS NÚMEROS 3178=19=10, LA PUREZA

En este capítulo Jehová encomienda a Noé y su familia repoblar la tierra; pacta a perpetuidad para no repetir el diluvio; y se reinicia la degradación de la humanidad, ejemplificada por la simbólica conducta de Noé.

Versículo 1. Suma de sus números, 63=9, la palabra. En sentido numérico, fructificad y multiplicaos, significa el utilizar la palabra para crear esencias y continuar perfeccionándose.

Versículo 2. Números 237=57=12, el equilibrio en perfección para un ser humano. La superioridad que se tiene sobre los animales está relacionada con la perfección con la que fuimos creados originalmente.

Versículos 3, números 128=11, y versículo 4, números 65=11, número de la palabra, mantenimiento, # 155=11, representan al conocimiento y su relación con la ingesta de la sangre de los animales. Es en la sangre de todo ser vivo donde se concentra su esencia, buena o mala, pero la de los animales siempre será negativa si se compara con la pureza de la esencia del ser humano original. Su ingesta sería algo inconcebible en un ser realmente puro, le bloquearían temporalmente sus facultades extrasensoriales.

Versículo 5, números 178=88=16=7, el cambio negativo. El relacionar la ingesta de sangre con la muerte violenta, el hacerlo a manos del varón su hermano, representa al varón, al ser humano dual, físico y espiritual, de otra época, el que conservaba su pureza, iniciando a tomar los hábitos alimenticios de un ser humano común. Ante lo cual los sentidos del varón, como reacción de autoprotección de su pureza, sería la de que su hermano físico estaría matando a su hermano espiritual, y querría vengarse de la misma manera, lo cual significa que ambos son dañados por la ingesta de sangre, o de carne, la cual tiene el mismo plasma en menor cantidad. Ya en nuestra época, cuando la ingesta es ocasional, como en los vegetarianos, el daño es parecido a una intoxicación alimenticia y es temporal, mientras se eliminan los plasmas negativos. Cuando se ingiere sangre de manera ocasional, o se está habituado a comer carne, incluyendo la de cerdo, el no existir ninguna reacción significa que el plasma humano es proporcional en negatividad al plasma del animal que se esté ingiriendo; en estas condiciones el ser físico ya habría asesinado a su hermano espiritual y las transfusiones no afectarían absolutamente en nada su condición dual deformada. La ingesta de carne con su sangre, aunque contribuye al daño físico y espiritual, el “asesinato” o pérdida de la capacidad para activar al ser espiritual, se debe básicamente a la deformación de la función mental, creadora de energía negativa.

Versículo 6, números 141= 51=6, el ser humano equilibrado, la pérdida de esta condición representada por los asesinatos.

Versículos 8-17, sus números suman 1185: 11=2, 85=4; 2+4=6, número de Arca, el del ser humano equilibrado. El pacto a perpetuidad ofrecido por Jehová a Noé y su familia, también para los animales, para no destruir de nuevo toda vida mediante otro diluvio, se concentra en el versículo 11: Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Suman 114=24=6, número de las palabras, diluvio, destruir y tierra, 2+2+2=6. El pacto de Jehová con Noé estaría basado en el respeto hacia una supuesta recuperación de la esencia del ser humano equilibrado, # 6, pero, al no recuperarse, como se relatará en otros Capítulos, Jehová continuara destruyendo vidas, aunque ya no mediante diluvios. La señal del pacto, el arco en las nubes, de acuerdo a sus números: arco y nubes, 3+9=12; ser viviente, 8+4=12; señal pacto, 8+4=12, posiblemente se haya hecho con la intención de una reflexión que podría hacerse al sentir la pureza de la naturaleza, al observar la aparición del arco con su estela de colores, para recordar quienes somos en realidad de acuerdo a nuestro verdadero origen, y no perder la esperanza de que es posible recuperarlo cuando nuestro planeta recupere su equilibrio.  

Versículos 18-27, sus números suman  1021=13=4, los sonidos del equilibrio. En estos versículos se dan a conocer las características evolutivas del ser humano, después de sobrevivir en el Arca y haber pasado el diluvio. La expectativa del resultado es importante, porque se relata un período de tiempo, donde vivieron personas que ejemplifican el nivel de desarrollo del ser humano, un poco más cercano que el de la enseñanza religiosa de nuestra descendencia a partir de Adán y Eva, la cual se pierde aún más en el tiempo. En los versículos 18 y 19 se reduce la mención de quienes salieron del Arca a los hijos de Noé, Sem, # 38=11, el conocimiento, Cam, # 17=8, los sonidos del universo, y Jafet, # 43=7, el cambio; además de Canaán, # 34=7, el cambio, hijo de Cam. Se reduce a los hijos de Noé, porque se ejemplifica con ellos la “repoblación” de toda la tierra. Se eligieron a estos protagonistas porque en los números de sus nombres se encuentra la clave para conocer nuestra herencia, la cual, dada la simbólica conducta de Noé,  evidentemente es desfavorable, sin necesidad de interpretar los números de su descendencia. El relato de la embriaguez de Noé en el interior de su tienda, quedando desnudo, viéndolo así su hijo Cam, #8, padre de Canaán, # 7, motivó que Noé, como represalia, maldijera a Canaán su nieto, y además fuese siervo de Sem, # 11, y de Jafet, # 7. En cambio bendice  Sem como su hijo de más mérito, y engrandece a Jafet, pero para habitar en las tiendas de Sem. En primer lugar, los números de los hijos de Noé suman 98=17=8, significa que unidos podrían haber cumplido con el propósito del haber tripulado el Arca, podrían haber creado los sonidos del universo, # 8, por medio de la palabra, # 9, para inducir el conocimiento puro y desarrollarse en esencias. Pero, con el nacimiento de Canaán, # 7, hijo de Cam, # 8, nieto de Noé, # 8, significa que el choque de sonidos 8+8=16=7, (8 padre, 8 hijo, =7 nieto) fructificó hacia el desarrollo de lo negativo, porque Noé lo maldijo, porque no existe en sus nombres la palabra equilibrada, # 9, en consecuencia se frena el desarrollo en esencias para recuperar la esencia original con la que fuimos creados. La palabra se encuentra en los números de Sem y Jafet, 11+7=18=9, pero es desequilibrada, creadora de lo bueno y lo malo que caracteriza al ser humano, por asociársele con Canaán, # 7 negativo.

Los versículos finales, 28 y 29, números 36=9, la palabra, y 66=12, el nivel de equilibrio original del ser humano dual, relatando la muerte de Noé, son una representación de la pérdida de este nivel en la tierra por medio del desequilibrio de la palabra.  

Los números totales de los 4 capítulos destinados a exponer la enseñanza del Arca de Noé suman 12,131: 12=3, 131=5, 3+5=8, los números de Noé, confirmando con ello la veracidad del sentido numérico, del oculto lenguaje de Jehová.